Salmo del día

Confío en la bondad del Señor y busco aprender sus leyes. Su voluntad me guía, su compasión me sostiene y sus decretos me dan vida.

Salmo 118: Una oración de guía y fidelidad a la Ley de Dios

El Salmo 118 (v. 66.68.76-77.93-94) nos presenta una oración profunda de confianza y entrega a Dios, en la que el salmista pide ser instruido en sus mandamientos y enseñado a comprenderlos. “Instrúyeme, Señor, en tus leyes”, exclama, reconociendo que el conocimiento divino no solo ilumina el entendimiento, sino que también fortalece la vida y orienta las decisiones.

El salmo resalta la bondad de Dios y su constante disposición a hacer el bien: “Tú eres bueno y haces el bien, instrúyeme en tus leyes”. La oración no es solo un pedido de sabiduría, sino también una expresión de dependencia y confianza en la misericordia divina: el consuelo y la compasión de Dios se convierten en fuente de vida y alegría.

Además, el salmista manifiesta un compromiso profundo con los decretos divinos: “Jamás olvidaré tus decretos, pues con ellos me diste vida”. Esta afirmación subraya que la Ley de Dios no es un conjunto de normas abstractas, sino guía práctica que orienta la existencia, genera seguridad y permite vivir en comunión con el Señor.

Finalmente, el salmo se cierra con un acto de entrega total: “Soy tuyo, sálvame, que yo consulto tus leyes”, un recordatorio de que la fidelidad a Dios y la obediencia a su palabra son caminos de salvación y bienestar espiritual. La oración refleja la invitación a interiorizar la Ley divina y a vivir conforme a ella, encontrando en ella consuelo, dirección y alegría auténtica.

℟. Instrúyeme, Señor, en tus leyes.