Salmo del día
- La Vega en Accion
- hace 2 días
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El salmo alaba al justo que confía en el Señor, medita su ley y da fruto como árbol junto al agua, mientras los impíos se pierden como paja llevada por el viento.

Salmo Responsorial – Salmo 1, 1-4.6
℟. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Este salmo marca el inicio del libro de los Salmos y traza con claridad el camino de la bendición y el de la perdición. Nos presenta dos estilos de vida: el del justo, que se deleita en la ley del Señor, y el del impío, que vive al margen de Dios.
El justo es comparado con un árbol firme y fecundo, enraizado junto al agua viva de la Palabra; su vida florece porque se nutre constantemente del amor divino. Todo lo que emprende, bajo la mirada del Señor, alcanza su propósito. En cambio, el impío carece de raíces y consistencia: es como paja que arrastra el viento, símbolo de inestabilidad y vacío.
El salmo nos invita a revisar nuestro propio caminar: ¿ponemos nuestra confianza en Dios o seguimos los consejos del mundo? Ser dichoso no consiste en tener éxito o abundancia, sino en vivir en comunión con el Señor, guiados por su palabra y sostenidos por su justicia.
℟. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.











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