Santo del día
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- 2 sept
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La Iglesia recuerda a Zenón y a sus hijos Concordio y Teodoro, mártires bajo Juliano el Apóstata. Fieles a Cristo, rechazaron renegar de su fe y afrontaron la persecución imperial, convirtiéndose en símbolo de valentía y fidelidad que aún inspira a los creyentes.

Padre y dos hijos, Zenón, Concordio y Teodoro. Mártires por manos del último emperador romano declarado pagano, Juliano el Apóstata, que quiso bloquear el camino para el cristianismo. Su martirio, entre la historia y la leyenda, es contado por una antigua passio latina.
Entre la historia y la leyenda, la Iglesia recuerda a Zenón y a sus dos hijos, Concordio y Teodoro, quienes sufrieron martirio en tiempos del emperador Juliano, conocido como el Apóstata, último soberano romano en declararse abiertamente pagano y en intentar frenar el avance del cristianismo.
Según relata una antigua passio latina, Juliano buscó obstaculizar la expansión de la fe, persiguiendo con dureza a quienes se declaraban discípulos de Cristo. En ese contexto, Zenón y sus hijos se mantuvieron firmes en su testimonio, negándose a renegar de su fe. La respuesta fue el martirio, que los convirtió en símbolo de resistencia espiritual frente a la persecución imperial.
Aunque los detalles de su martirio no han sido plenamente documentados, la tradición los venera como mártires que, con valentía, enfrentaron la violencia de un poder que intentó sofocar el cristianismo. Su memoria, transmitida de generación en generación, resalta el valor de la fidelidad y el sacrificio.
Hoy, el testimonio de Zenón, Concordio y Teodoro sigue siendo una referencia para creyentes que ven en ellos la confirmación de que, incluso ante la amenaza de muerte, la fe puede mantenerse inquebrantable.











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