Salmo del día
- La Vega en Accion
- 15 oct
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Cantaré eternamente la misericordia y fidelidad del Señor. Su poder y justicia nos protegen y nos dan gozo cada día.

El Salmo 88 celebra la fidelidad y misericordia eterna del Señor
Jerusalén, tradición bíblica — El Salmo 88, también conocido como Salmo 89, es un canto de alabanza que destaca la fidelidad y misericordia de Dios a lo largo de las generaciones. En sus versículos, se proclama que la misericordia del Señor es un “edificio eterno” y que su fidelidad está afianzada “más que el cielo”, subrayando la constancia divina frente a la historia y la vida de su pueblo.
El salmista invita a cantar eternamente las maravillas del Señor, declarando que el cielo mismo proclama su poder y fidelidad: “¿Quién sobre las nubes se compara a Dios? ¿Quién como el Señor entre los seres divinos?”. Este reconocimiento de la grandeza y singularidad de Dios se extiende al ámbito de los santos y al consejo celestial, mostrando la autoridad y majestuosidad divina sobre todo el universo.
El texto resalta la relación especial entre Dios y su pueblo: aquellos que aclaman su nombre son dichosos, caminan a la luz de su rostro y encuentran en su justicia y favor motivo de gozo y orgullo. El Salmo presenta a Dios como protector y guía, afirmando: “Porque el Señor es nuestro escudo, y el Santo de Israel nuestro rey”, subrayando tanto su poder como su cercanía.
En la tradición litúrgica, este salmo se utiliza como recordatorio de la fidelidad inquebrantable de Dios, invitando a la comunidad a confiar en su misericordia, celebrar sus maravillas y mantener la esperanza frente a las dificultades. Su mensaje combina alabanza, reconocimiento de la grandeza divina y certeza de protección para quienes siguen el camino del Señor.











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