Salmo del dia
- La Vega en Accion
- 4 oct
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El salmo proclama que el Señor escucha a los humildes y pobres, reconstruye Sión y bendice a quienes aman su nombre. Invita a toda la creación a alabarlo con alegría y esperanza.

Salmo Responsorial – Salmo 68, 33-37
℟. El Señor escucha a sus pobres.
El salmo de hoy es un canto de esperanza y consuelo dirigido a todos aquellos que sufren o se sienten olvidados. El salmista invita a los humildes a mirar al Señor y llenarse de alegría, recordando que Dios no es indiferente ante el dolor humano: Él escucha a los pobres y no desprecia a los cautivos.
El tono del salmo es profundamente esperanzador. El autor sagrado proclama que toda la creación —el cielo, la tierra y las aguas— alabe al Señor, porque su misericordia alcanza a todos los que confían en Él. La justicia divina se manifiesta no solo en el auxilio a los oprimidos, sino también en la promesa de restauración: Dios salvará a Sión y reconstruirá las ciudades de Judá, signo de renovación y fidelidad a su pueblo.
La última estrofa expresa la bendición reservada a los fieles: los siervos del Señor heredarán la tierra, y quienes aman su nombre vivirán en ella. Es una afirmación de esperanza eterna, una invitación a permanecer firmes en la fe, confiando en que la fidelidad a Dios conduce a la vida y a la plenitud.
Este salmo, lleno de consuelo y ternura, nos recuerda que la verdadera fortaleza está en la humildad y en la confianza en el Señor, que jamás abandona a los suyos.
℟. El Señor escucha a sus pobres.











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