Salmo de hoy
- La Vega en Accion
- 27 ago
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El Salmo 138 expresa que la presencia de Dios es ineludible: en el cielo, en el abismo, en el confín del mar o en la tiniebla, su luz y su mano siempre guían. Nada puede ocultarse de su mirada. Dios acompaña y sostiene en todo lugar.

Salmo Responsorial
Sal 138, 7-12
℟. Señor, tú me sondeas y me conoces.
¿A dónde iré lejos de tu aliento,
a dónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro.
Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha.
Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día.











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