Evangelio del día
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Jesús enseña que el sufrimiento no es castigo por el pecado, sino una llamada a la conversión. La parábola de la higuera invita a dar fruto antes de que sea tarde.

Evangelio según san Lucas 13, 1-9
“Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera”
En este pasaje, Jesús responde a quienes le hablan de los galileos muertos por orden de Pilato y de los dieciocho aplastados por la torre de Siloé. El Señor aprovecha ambos hechos para enseñar que el sufrimiento o la tragedia no son necesariamente castigos por el pecado. Más bien, son un llamado urgente a la conversión personal, pues “si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera”.
Luego, Jesús narra la parábola de la higuera estéril: un hombre que, tras tres años sin ver fruto en su árbol, decide cortarlo. Pero el viñador intercede, pidiendo un año más para cuidarla y fertilizarla, esperando que finalmente produzca fruto.
Esta imagen representa la paciencia y la misericordia de Dios, que da nuevas oportunidades al ser humano para arrepentirse y transformar su vida. Sin embargo, también recuerda que la paciencia divina tiene un límite: el tiempo de gracia debe aprovecharse antes de que llegue el juicio.
El mensaje central es claro y actual: cada acontecimiento doloroso o inesperado puede ser una llamada de Dios a revisar nuestra vida, a dar frutos de fe, justicia y amor, y a no dejar pasar el tiempo sin cambiar el corazón.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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