Evangelio de hoy
- La Vega en Accion
- 6 sept
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Jesús declara ser “Señor del sábado” tras defender a sus discípulos de críticas fariseas por arrancar espigas en día sagrado, priorizando vida y misericordia.

“Jesús desafía las normas: ‘El Hijo del hombre es señor del sábado’”
Galilea.– En un episodio que volvió a generar tensiones con los fariseos, Jesús de Nazaret defendió este sábado la libertad de sus discípulos frente a la interpretación rígida de la Ley, al declarar que el Hijo del hombre es señor del sábado.
El hecho ocurrió mientras el Maestro caminaba con sus seguidores por un sembrado. Según relataron testigos, los discípulos arrancaban espigas y las frotaban entre sus manos para comerlas, gesto que fue rápidamente cuestionado por algunos fariseos, guardianes de la tradición religiosa. “¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?”, reprocharon.
Jesús respondió evocando un pasaje conocido de la historia de Israel: el momento en que el rey David, perseguido y con hambre, entró en la casa de Dios y comió de los panes de la proposición, reservados únicamente a los sacerdotes. Con esta referencia, el Maestro planteó que la necesidad humana y la misericordia están por encima de la rigidez normativa.
El desenlace del intercambio fue contundente. “El Hijo del hombre es señor del sábado”, afirmó Jesús, una declaración que, según analistas religiosos, marca un punto de inflexión en la relación entre la Ley y la persona. “Lo que hace Jesús es colocar la vida y la dignidad del ser humano en el centro, mostrando que la Ley está al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la Ley”, explicó el teólogo Simón Bar-Jonas.
El episodio, considerado clave en los evangelios, revela la tensión permanente entre Jesús y los fariseos, quienes veían en sus palabras un desafío al orden establecido. No obstante, para sus discípulos y seguidores, la escena reforzó la autoridad de Jesús como intérprete de la voluntad de Dios y como figura que encarna una nueva visión de libertad espiritual.
En comunidades actuales, este pasaje sigue siendo motivo de reflexión sobre la importancia de anteponer la misericordia y el bien común a las prácticas religiosas que se quedan en el formalismo. Líderes pastorales destacan que, al proclamar su señorío sobre el sábado, Jesús abrió el camino para una comprensión más humana y profunda de la fe.
Así, el recorrido por aquel sembrado no solo fue un gesto cotidiano de hombres hambrientos, sino un momento que marcó la historia espiritual: la afirmación de que la verdadera religión no consiste en reglas inflexibles, sino en un Dios que prioriza la vida, la compasión y la libertad.











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