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El déficit endémico: la falta de respeto, civismo y consciencia ciudadana que a diario cobra vidas

  • La Vega en Accion
  • 21 ago
  • 2 Min. de lectura

El caos vial en RD refleja un déficit cultural de respeto y educación cívica, más allá de infraestructura o leyes. La imprudencia, impunidad e indiferencia social han normalizado el desorden. Transformar esta realidad exige consciencia ciudadana y corresponsabilidad.


Tránsito en República Dominicana: un desorden naturalizado. (FOTO: FUENTE EXTERNA)
Tránsito en República Dominicana: un desorden naturalizado. (FOTO: FUENTE EXTERNA)

Santo Domingo.– El caos vial en República Dominicana refleja un déficit histórico de respeto y educación cívica que ha calado profundamente en la cultura nacional. Aunque el país ocupa los primeros lugares del mundo en muertes por accidentes de tránsito, la raíz del problema va más allá de las deficiencias en la infraestructura o la falta de acciones estatales: se trata de la ausencia de consciencia ciudadana y de un compromiso colectivo con la vida.


El principio elemental de que quien conduce un vehículo tiene mayor responsabilidad —porque maneja una máquina capaz de arrebatar vidas en segundos— se diluye entre campañas esporádicas, reglamentos ignorados y una educación vial que nunca ha sido parte de la cotidianidad. En las calles, el peatón, el más vulnerable, queda relegado a un rol secundario en un escenario dominado por la imprudencia y el irrespeto.


Prácticas como cruzar con el semáforo en rojo, estacionarse en doble fila o circular en vía contraria se han naturalizado como parte del día a día. Lo que en otras sociedades se considera excepción, en República Dominicana se ha convertido en norma, reforzada por la impunidad y la indiferencia social. Así, el desorden se ha transmitido de generación en generación como parte de la “idiosincrasia” nacional.


El resultado es una movilidad marcada por la improvisación, la agresividad y las consecuencias dolorosas. Cada cruce, cada esquina y cada tramo sin señalización o con señales ignoradas se convierten en un espacio de riesgo para los peatones, que en esta ecuación siempre terminan perdiendo.


Superar este déficit no es un asunto menor: constituye la base para garantizar convivencia y progreso. Como recordaba Benito Juárez, “el respeto al derecho ajeno es la paz”. En el contexto dominicano, ese respeto comienza en lo cotidiano: ceder el paso, cruzar en el momento adecuado, detenerse en la línea del semáforo.


La transformación cultural que el país necesita no puede postergarse. El futuro de República Dominicana no depende únicamente de leyes o políticas públicas, sino de la capacidad de cada ciudadano para asumir la corresponsabilidad en la construcción de una sociedad más armónica e inclusiva. El tránsito es solo un reflejo de esa deuda, pero también puede ser el punto de partida hacia un modelo de convivencia en el que el respeto deje de ser excepción y se convierta en norma.


Fuente: Méndez, R. (2025, 21 de agosto). El déficit endémico: la falta de respeto, civismo y consciencia ciudadana que a diario cobra vidas. Diario Libre. https://www.diariolibre.com/opinion/agora/2025/08/20/educacion-vial--la-falta-de-respeto-civismo-y-consciencia-ciudadana/3219099

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