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Cómo se propaga la bacteria de la enfermedad del Legionario

  • La Vega en Accion
  • 7 ago
  • 2 Min. de lectura

La Legionella, bacteria común en el agua, causa graves enfermedades respiratorias si se propaga en sistemas artificiales mal mantenidos. No se transmite entre personas y su prevención depende del control del agua.


(Fuente externa)
(Fuente externa)

La Legionella es una bacteria que, aunque comúnmente presente en ambientes naturales de agua dulce como lagos y arroyos, se convierte en una seria preocupación sanitaria cuando se multiplica en sistemas de agua artificiales creados por el ser humano. Es la principal causante de dos enfermedades respiratorias: la grave enfermedad del legionario, una forma severa de neumonía, y la fiebre de Pontiac, de menor intensidad, cuyos síntomas se asemejan a los de una gripe común.


Contrario a la creencia general, la Legionella no suele transmitirse de persona a persona. La infección ocurre principalmente por la inhalación de microgotas de agua contaminada, esparcidas en el aire por dispositivos como duchas, grifos, jacuzzis, fuentes ornamentales, torres de enfriamiento y sistemas de tuberías complejos en grandes edificios. Estas instalaciones, cuando no se mantienen adecuadamente, pueden generar condiciones ideales para la proliferación masiva de la bacteria, especialmente si hay agua estancada o temperaturas cálidas.


Entre las fuentes más comunes de contagio se encuentran:

  • Cabezales de duchas y grifos de lavamanos.

  • Bañeras de hidromasaje y jacuzzis.

  • Fuentes decorativas con recirculación de agua.

  • Torres de enfriamiento de aire acondicionado central o industrial.

  • Sistemas extensos de tuberías en edificios grandes.


Incluso los depósitos del líquido limpiaparabrisas de los vehículos pueden convertirse en focos si se llenan con agua corriente en lugar del líquido adecuado. En cambio, las unidades de aire acondicionado domésticas o de automóviles no representan un riesgo, ya que no emplean agua para enfriar el aire.


Una forma menos frecuente de contagio es la aspiración accidental de agua potable contaminada, lo que puede ocurrir al beber si el agua entra por error en los pulmones. Esta situación es más común en personas con dificultades para tragar, como adultos mayores o pacientes con enfermedades neurológicas.


La mayoría de las personas expuestas a la bacteria no desarrollan síntomas. No obstante, ciertos grupos son especialmente vulnerables, incluyendo:

  • Fumadores y exfumadores.

  • Personas mayores de 50 años.

  • Pacientes con enfermedades pulmonares crónicas, cáncer, diabetes, insuficiencia renal o hepática.

  • Individuos con sistemas inmunitarios comprometidos, como quienes reciben quimioterapia o tratamientos inmunosupresores tras un trasplante.


La prevención pasa por una adecuada gestión del agua. Implementar planes de control en edificios, mantener limpias las instalaciones hídricas, monitorear la temperatura y evitar el estancamiento del agua son medidas clave para reducir el riesgo de proliferación bacteriana y, con ello, proteger la salud colectiva.


La Legionella es un ejemplo claro de cómo un riesgo invisible puede causar brotes graves si no se toman precauciones adecuadas. Su control y prevención no sólo implican responsabilidad institucional, sino también conciencia ciudadana sobre el mantenimiento de sistemas que, aunque cotidianos, pueden ser peligrosos si se descuidan.


Fuente: El Caribe. (2025, 8 de agosto). Cómo se propaga la bacteria de la enfermedad del legionario. El Caribe. Recuperado de https://www.elcaribe.com.do/panorama/salud/como-se-propaga-la-bacteria-de-la-enfermedad-del-legionario/

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